viernes, septiembre 17

Una excursión a los Indios Sociales


Les dejamos a consideración esta interesante nota sobre una excursión histórica renovada por una tribu muy particular. Para compartir, para disentir simplemente para divertirse. Ahí va:

Refirióme entonces con minuciosos detalles lo que llevo relatado; para que se vea que toda la ciencia de los indios en su trato con los cristianos, se reduce a un aforismo que nosotros practicamos todos los días: la desconfianza es madre de la seguridad.

L.V.M

Querido diario,

Los indios Sociales viven en esa comunidad de Parque Centenario, aseguran, para estudiar una ciencia. El indio Social cree, por propia conveniencia, en la cientificidad de los hechos sociales. Llamativamente, durante mi estadia en esa comunidad, he logrado descubrir que el indio Social no cree, sin embargo, en la cientificidad de los hechos naturales. Para el indio Social las ciencias naturales son, tajantemente, mentira.

Amén de sus consecuencias, que luego pasaré a relatar, voy a explicar aquí la causa de dicho descreimiento en las ciencias. El indio Social ha sido adoctrinado en la idea de que el positivismo fue el hecho maldito de la ciencia social. A los tiernos 18, el indio Social ingresa a la universidad y el primer relato le explica que el positivismo fue el padre fundador de su ciencia, y que esa fundación implicaba trasladar la lógica de la ciencia natural a su propia ciencia virginal e impoluta. Luego, el indio Social odia las ciencias naturales, descree de tanta rigurosidad. El indio Social supone, en su fuero interno, que si le busca la vuelta, dos más dos no puede ser siempre cuatro.

El positivismo es malo, sospechan, porque los hechos sociales no pueden ser explicados con el mismo método que las ciencias naturales, toda vez que el objeto de estudio difiere. Bendita la hora en la que la fotosíntesis carece de intencionalidades. El objeto de la ciencia natural desconoce la noción de investigación, ahí donde el objeto de las ciencias sociales es tan sujeto como el investigador. Sin ir más lejos: no temo confesar que en mi estudio de los indios Sociales, me he encariñado con dos o tres de ellos. Leer más

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