viernes, septiembre 17

Macri y el concepto de política

Uno de los cronistas no rentados de Comunas en Red nos envía esta crónica que vale la pena leer.

Si bien hace unos días defendí la idea de que Mauricio Macri se afeitó el bigote para mejorar su olfato político, los últimos sucesos parecieran empeñarse en desacreditarme. Se supone que la lógica del sentido común debería ser la primer brújula de todo gobernante. Es decir, si siendo jefe de gobierno, los manifestantes de una marcha por la educación pública queman un muñeco con tu imagen, no sería conveniente que luego salgas a decir que le vas a descontar el día al docente (trabajador de la educación pública) que haga paro.
Los medios de comunicación tradicionales pueden ayudar para que cada cual saque sus conclusiones de determinado personaje público, y en éste sentido nunca pude formarme una idea acabada de la estrategia del Pro, pero la situación que presencié ésta mañana fue un cachetazo de realidad. Estaba yo en el conocido Parque Rivadavia, en busca de algún libro que me explique qué es el Pro, cuando vi que un grupo de personas parecían prestar mucha atención a algo o a alguien y, a juzgar por el silencio, no se trataba de un artista callejero. Curioso como soy, atravesé el apretado grupo humano y entonces lo vi: el mismísimo Mauricio Macri sentado a una mesa de ajedrez, disputando una partida con un contrincante muy joven, adolescente tal vez. La situación ajedrecística de Macri no podía ser peor: no sólo le quedaban muy pocas piezas, sino que además casi no había avanzado en el tablero y estaba rodeado de amenazas. Fue entonces cuando el jóven movió un peón y, antes de que dijera "jaque mate", un Mauricio Macri enrojecido se levantó y le gritó: "¡Estás haciendo trampa! ¡Estás pensando!".

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