La Legislatura autorizó al Gobierno porteño, en diciembre de 2009, a tomar una deuda de 500 millones de dólares a una tasa anual del 12,5% y un plazo de cinco años. Ese platita tiene un destino específico: 300 millones para la finalización de la Línea H de Subte y cocheras en cuatro nuevas estaciones de las Líneas A y B; y otros 200 millones para el Fondo de Infraestructura Social (Foiso).
El préstamo, Bono Tango, llegó a la Ciudad el 6 de abril y desde entonces hasta que termine julio se girarán a Subterráneos Buenos Aires (Sbase) unos 65 millones de dólares de los 300 que correspondían a Subtes. Desde que el dinero estuvo a disposición de la Ciudad, en el Ministerio de Hacienda diseñaron diferentes estrategias financieras para amortiguar el interés que se paga al mercado externo por tener el dinero en mano.
La colocación de Lebacs (Letras emitidas por el Banco Central) y la apertura de un plazo fijo fueron las opciones elegidas por el Gobierno de Mauricio Macri, por ser las que cuentan con mayor liquidez. Unos 152 millones de dólares (600 millones de pesos) se colocaron en Lebacs a un plazo de entre 85 y 126 días, obteniendo por esto un interés de entre el 11,01 y 12,8%, casi lo mismo que se paga como interés del préstamo. Con el plazo fijo la operación no resultó tan exitosa.
Para tener el dinero disponible en cualquier momento, el macrismo decidió abrir en el Banco Ciudad un plazo fijo precancelable, el cual tiene una tasa de interés inferior por la falta de previsibilidad respecto de la disponibilidad que el Banco tiene del dinero. En esta modalidad el Gobierno depositó 279 millones de dólares a un interés del 6% anual. Es decir, que paga a quien le prestó el dinero un 6,5% más de lo que recibe en concepto de interés por el plazo fijo.
Esta última inversión es la que tiene olor a tongo en la “operación endeudamiento” y es por la que se acusa al tarambana de estar haciendo perder plata a la Ciudad.
Fuente: La Política Online
No hay comentarios:
Publicar un comentario