Hubo un dìa en que la violencia fue incontrolable y para evitar males mayores decidieron que la parcialidades visitantes no fueran más a las canchas. A pesar de ello, siguieron los muertos y los hechos de violencia, fue ahì que decidieron impulsar que las parcialidades locales tampoco asistieran a las canchas y que por lo tanto los partidos se jugaran a puertas cerradas. Sin embargo eso tampoco fue suficiente porque la televisación de los partidos también generaba malestar que se transformaba en episodios desgraciados en distintos barrios de la ciudad y lugares de trabajo,es por eso que un día se acabó también con la televisación.
Tampoco alcanzó. Era necesario un cambio profundo, por eso se emitió un decreto para que no se publicaran los resultados de los partidos en los diarios al día siguiente de que se jugaran. Pero lamentablente la medida tampoco dio resultados porque los jugadores contando el resultado de los partidos clandestinos a sus amigos generaban una exasperación increíble en sus allegados.
Finalmente se decidìó prohibir el ejercicio del fútbol a nivel profesional, amateur y en cualquier plaza del país, bajo riesgo de encarcelamiento.
Para el bien de todos, la medida finalmente dio resultado, aunque se registraron inesperados hechos de violencia en competencias de nado, de hockey y en carreras de 800 metros con postas.
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