viernes, noviembre 19

El Indio Solari y su Post-crucifixión


Sólo para entendidos y lo podés escuchar acá.

Y de Yapa una muy buena nota sobre el fenómeno que pasó por Tandil:

Por Enrique de la Calle 


Ahí, arriba, está el mito. Cantando cada vez mejor, como todo mito. Abajo, están las 80, 100 mil personas que viajaron desde cualquier lugar del país para verlo, como siempre desde hace más de veinte años. Mezcla rara de espectáculo con entradas a casi 30 dólares y parafernalia de “show internacional”, fiesta popular inexplicable y estética plebeya nunca del todo digerida por el establishment cultural y comercial del país.
“Esto no tiene explicación”, señaló el Indio en sus pocas intervenciones. Ningún otro artista argentina genera lo que este hombre: a pesar de su escasa exposición pública y/o mediática y de esporádicas presentaciones sin publicidad, se las arregla para ser cada vez más convocante. ¿Puede explicarse? Dejando de lado las obvias cualidades artísticas del Indio y los Fundamentalistas de Aire Acondicionado, apuntaremos algunas reflexiones ad-hoc.
- Lo que te debo como ilusión: el público que tomó por asalto Tandil es heterogéneo, policlasista y atraviesa varias generaciones. Desde chicos de 18 años, hasta jóvenes que ya buscan los 40; tipos provenientes de las barriadas más pobres de Berazategui y otros que llegaron en autos último modelo y que se alojaron en hoteles cuatro estrellas. Sin abusar de Ernesto Laclau, podríamos observar un Indio populista, polisémico, que funciona como “significante vacío” interpelando a amplias y variadas demandas, deseos y universos ideológicos. Laclau incluye, y vaya si se vio el sábado, al elemento emocional como puente necesario entre sentidos y demandas. Leer más

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