Por Javier Lungo
La muerte siempre trae consigo un reconocimiento que seguramente en vida no fue expresado a la persona que ya no está, y más en las arenas de la política donde quizás la propia dinámica nos hace siempre exacerbar las diferencias o los desacuerdos con el contrario. Y aquí es donde entra el recuerdo, los recuerdos…No voy a negar que me queda a mi en lo particular, el sabor amargo de entender que tuvo en sus manos la posibilidad de construir un nuevo movimiento que representara verdaderamente a diferentes expresiones políticas de diversas historias, que se llevara puesta a una buena parte de los redomados hijos de puta que, de la vuelta de la democracia hasta ese momento, se habían encargado de subsumir a la mayoría de nuestro pueblo en la miseria social, cultural y política mas honda. Y no pasó, como no pasaron muchas otras cosas con las que uno soñaba y sueña todavía. Pero muchas otras cosas sí pasaron, y la puta madre, como pasaron!! Leyes de obediencia de vida y punto final, los cuadros de los dictadores, el boicot a shell, el plantón al FMI, su política internacional y la integración latinoamericana, su apriete a las empresas de servicios para que no suban las tarifas, la pelea contra Duhalde, el NO al ALCA, la renovación de la corte, etc.
Creo que podría hacer una lista de iguales magnitudes con lo que no quiso/pudo hacer y con las que sí hizo y no estoy para nada de acuerdo, que, en definitiva, son las que me desencantaron de su proyecto y por las cuales ya no le creí o apoye estos últimos años, pero creo que no es el día para recordar todas esas cosas. Hoy me quedo con los primeros recuerdos, para acompañar a tod@s los compañer@s y seres queridos que todavía le creían (y creen en Cristina) de corazón, que salen a honrar la militancia todos los días, que creen en la salida colectiva, que igual que yo, aunque estemos en distintos lugares, quieren un país mucho más justo y equitativo. Y que lo recordarán, como creo que lo va a recordar a Néstor la historia, con el vaso medio lleno. Como lo recordaré también yo.
1 comentario:
Yo creo que el vaso está definitivamente lleno, más allá de las cosas que mencionaste, por una sola cuestión: con él volvió la política a ser algo a experimentar, a sentir, a pensar, a discutir.
En el reino de la cacerola, del que se vayan todos, del descreimiento, nos dio un proyecto, una lucha a dar.
Sólo con eso, ya para mí pasa a la historia.
Saludos
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