jueves, junio 3

Pasito para aquí, pasito para allá... La licencia de Macri


El martes próximo Mauricio Macri deberá comparecer ante la Cámara Federal de Apelaciones porteña para fundamentar su recusación al Juez Federal Norberto Oyarbide en la causa de las escuchas ilegales. Los abogados del Jefe de Gobierno creen que será muy difícil conseguir que el superjuez deje la causa. Pero las miradas están puestas sobre todo en la decisión que deberán tomar los camaristas, revocando o confirmando el procesamiento dictado por Oyarbide. Si ocurre lo último, la cúpula del PRO da por descontado que empezará la ofensiva opositora para llegar al juicio político. Hoy por hoy -y sabiendo que la crisis recién empieza- los objetivos de Macri serían tres: no perder el control del gobierno porteño, mantener expectante su candidatura presidencial y, como sea, evitar el inicio de un juicio político que lo pondría en la senda de Aníbal Ibarra, en una ciudad que se fagocita con rapidez a sus dirigentes políticos. Esto lo experimentaron en carne propia Gustavo Beliz y Carlos Grosso, entre otras figuras porteñas que terminaron procesadas y fuera de juego.

La obsesión de Macri es no terminar como Ibarra. Así es que en su círculo áulico y con la aprobación del Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, se estaría gestando un plan para zafar del juicio político. Se trataría de un pedido de licencia por tiempo indeterminado, que dejaría a los antimacristas en una impotencia aunque más no sea momentánea, porque sólo corresponde pedir el juicio político de un funcionario que está ejerciendo el cargo. La licencia le permitiría entonces a Macri escapar de la guillotina política y refugiarse en los temas nacionales hasta que pase la tormenta. No habiendo Vicejefe de Gobierno, el Vicepresidente Primero de la Legislatura, Oscar Moscariello, asumiría la Jefatura de Gobierno. Dirigente de la histórica Democracia Progresista de Rafael Martínez Raymonda, Moscariello nunca formó parte del círculo áulico de Macri, pero fue escalando posiciones en base a su eficiencia y la habilidad que tiene para conversar con todos los sectores.

Obviamente, de tomar la decisión de licenciarse, Macri esperaría que Moscariello le cuide el despacho tomando sólo las decisiones administrativas indispensables. Pero la movida tendría más de un problema. Para empezar, la Legislatura sería presidida por un hombre de Pino Solanas, el actual Vicepresidente Segundo, Julio Raffo. Además, nadie sabe si funcionará un esquema en el cual Macri tomaría las decisiones desde su casa, convirtiéndose en una suerte de Néstor Kirchner porteño. Los más pesimistas están convencidos de que los grupos de izquierda, sindicatos incluidos, se lanzarían a una ofensiva salvaje para demostrar que la Ciudad esta desgobernada.

Por Carlos Tórtora, para informadorpublico.com


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