martes, abril 27

Releyendo a un grande: Ignacio Lewkowicz

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La nueva ciudadanía consumidora hallará en el cacerolazo uno de sus mitos de fundación. La democracia técnico-administrativa hallará en esa condición seleccionada como condicionante uno de los ejes de su legitimidad. La exclusión ha de seguir. Hemos visto que para evitar los saqueos se implementaron medidas que llaman no a la humanidad, sino a la jauría de expulsados: se arrojan mercaderías en un playón; se revolean bolsas de alimentos desde un camión. Si hay tres millones de desocupados y la mentira demagógica promete un millón de empleos, habrá trato de jauría para por lo menos dos millones. Perrera y revoleo de huesos.

24.12.2001


Duhalde arma la primera foto. La impugnación de Rodríguez Saá ha dejado alguna enseñanza. Llevamos a los gordos de la CGT a Olivos. De riguroso jetra, querido. Y los sentamos con las empresas, supermercados, PyMES, etc. Y los llamamos la comunidad productiva. Les va a hablar un estadista y no un compañero presidente –tanto a los sindicatos de obreros como a los de empresarios-. El estadista es un presidente claro en sus conceptos, sensato como un ingeniero; en la urgencia tiene tiempo para señalar un cambio de rumbo fundamental. Los dirigentes, todos, hemos llevado al país hacia el abismo. Todos, fundamentalmente los políticos. Hasta ahora ha gobernado el país la alianza entre el poder político y el poder financiero. En adelante gobernará el país la alianza entre el poder político y el poder productivo. Ustedes, la comunidad productiva, deben gobernar el país. Todo muy lindo, pero notemos un detalle. El poder político cambia de alianza, no cambia de naturaleza. Se muestra el movimiento de recomposición esencial que la clase política intenta por la vía del Estado técnico-administrativo.

06.01.2002

Lewkowicz, Ignacio. Sucesos argentinos. Cacerolazo y subjetividad postestatal. Paidós. Buenos Aires. 2002.

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