Como todos sabemos, hace tiempo se insituyó al 11 de Septiembre como día del maestro en conmemoración por la muerte de Sarmiento el padre de las aulas" reeditando una vez más la tradición de conmemorar las muertes en lugar de los natalicios, u otras fechas significativas de las personas en vida, para celebrar su obrar.
Yendo, precisamente, a su legado sin pretender negar toda cualidad a Sarmiento, cualquiera advierte que su construcción de nuestra estructura educativa ha estado signada por el desprecio a las culturas originarias y a la de los gauchos que algún tiempo más tarde serían levantados, aunque por distintos motivos, desde escritores populares y otros ligados a la oligarquía.
Lo cierto es que Sarmiento siempre ha mirado hacia afuera buscando su "modelo" y para conquistarlo no dudó en ordenar vertir la sangre de gaucho necesaria.
Sarmiento fue y continúa siendo por eso un modelo de educación alejado de las vivencias y saberes de los sectores populares. Es más, es su más empecinado represor.
A diferencia de él Fuentealba es representativo de los todos y las todas. Es uno más de los que organizaron un corte para pelear por sus derechos junto y es esa la mejor escuela para contruir un país verdaderamente justo y solidario. Fuentealba estaba de este lado del corte. Por eso sufrió el salvajismo de la represión política.
Pero hay muchos otros Fuentealba, porque Fuentealba somos todos y todas.
Seguimos esperando que se juzgue y encarcele a los responsables políticos de esta muerte, así como la de Maxi y Darío o las desapariciones de Julio López y Luciano Arruga.
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