Premio consuelo

Según una reciente encuesta publicada por el consultor Julio Aurelio, el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, tendría una imagen positiva del 44%, y una percepción negativa del 37,7% entre el electorado.

Más allá de que algunos integrantes de Comunas en Red hayamos sufrido sus soporíferas clases en la materia de Opinión Pública de la Carrera de Ciencia Política de la UBA, en rigor no tenemos argumentos para cuestionar la seriedad de las encuestas de Aurelio.

De manera que, de ser ciertos, estos números dejarían al ex Presidente de Boca muy lejos de figuras como Cleto Cobos, quien supera el 50% de imagen positiva y tiene 30% de negativa, del ex jefe de Gabinete Sergio Massa (46,9% positiva contra 30,9%) o, incluso, Pino Solanas, quien, según la misma medición, tendría una imagen positiva del 62,7% contra sólo un 20,9% de mala.

Si tomamos en cuenta los recientes “logros” del gobierno de Mauricio Macri (UCEP, escuchas ilegales, Abel Posse, etc., etc.), uno podría pensar que en realidad esos números no le son tan adversos.

Sin embargo, mirados desde la óptica de Macri, los números dicen otra cosa.

Porque recordemos que hasta no hace mucho, el hijo de Franco era una de las grandes esperanzas blancas de la política nacional, con firmes aspiraciones presidenciales para 2011. En cambio, ahora habría quedado claramente relegado a nivel nacional, de manera que, a lo sumo, en 2011, sólo podría intentar ser reelecto como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Un objetivo que puede parecer más que tentador para muchos pero que sabe a poco para quien, dos años atrás, luego de arrasar en la segunda vuelta de las elecciones, creyó que el gobierno de la ciudad era un mero trámite antes de calzarse la banda presidencial.