jueves, mayo 30

Los verdaderos nazis y los verdaderos golpistas


Muchos hablan hoy de nazismo y de golpismo con tanta liviandad que asusta. Algunos indefendibles como el actual presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, reconocido garca de libreto neoliberal bajo el brazo, quien comparó el control de precios que va a llevar adelante la militancia kirchnerista con el terror y las muertes que sembraron las juventudes hitlerianas. Pero no es el único, también cunde el boludismo entre algunos compañeros respetables, como es el caso de los referentes de Carta abierta y su peligroso acercamiento al Baronismo ilustrado y su conceptualización sui generis de la “pulsión golpista”.

Siempre, según dicen, hay que hacerse enemigos que estén a la altura de lo que uno defiende. Algo de eso cantó Fito Paez cuando se sentaba al costado del camino a esperar que todo pase, pero ahora decidió levantarse y conseguirse una novia de Duro de Dumar y cambió todo y de repente el enemigo de todos es Lanata y ya no tanto las corporaciones o en todo caso una sola, pero para todas mejor mirar para otro lado o hablar de otra cosa. Por ejemplo de la pulsión golpista.
Sin embargo a pesar de los enojos de Barone, perdón de Vicente Batista y de la hijoputez de Sturzenegger y de que todos hablen sobre los nazis o los golpes, a pesar de que tanto hablan sobre ellos, los verdaderos nazis y golpistas se les pasan de largo. Pero ellos siempre estuvieron y siguen estando.
En esta nota el amigo y escritor Néstor Kohan nos habla de algunos de ellos y hace su denuncia correspondiente.
¿Querían nazis? Les dimos nazis, pero los posta. Ninguna ficción. 
Con ustedes el sótano de la patria y sin fecha de vencimiento.


Las amenazas, la cultura  y la coordinación represiva

Por Néstor Kohan


¿Ya no hay coordinación represiva en Nuestra América? ¿Se acabó el Plan Cóndor? ¿Se disolvieron los aparatos de inteligencia vinculados al terrorismo de estado? ¿Los grupos de ultraderecha son un triste recuerdo del pasado? ¿Vivimos en una democracia plena?



Cada quien responderá esas preguntas como quiera o como pueda.



En estas líneas me limito a hacer públicos y denunciar hechos puntuales que, ¿por qué no admitirlo?, me generan cierta preocupación.



En Argentina estamos acostumbrados a la vigilancia de los aparatos de inteligencia. Ya son parte del “folclore político” doméstico. Nos escuchan los teléfonos, nos leen los correos electrónicos, nos fotografían las asambleas, nos filman en las movilizaciones. Todo el mundo lo sabe. Los recientes casos, tristemente célebres, del oficial de inteligencia de la policía federal Américo Balbuena, infiltrado más de una década en la agencia de noticias alternativa Rodolfo Walsh, así como  el “proyecto X” de inteligencia de la Gendarmería sobre organizaciones populares son tan sólo la punta del iceberg. Es lo que apenas salió a la luz. ¿Y todo lo que no se ve? Sólo alguien demasiado ingenuo o completamente desinformado puede imaginar que esto es producto de la “paranoia”.



El aparato de inteligencia y represión del estado opera a través de múltiples vías. Puede consultarse con provecho el libro de Gerardo Yung SIDE, La Argentina secreta (Buenos Aires, Planeta, 2006), donde aparece la descripción del modo de operar del aparato de inteligencia argentino (dirigido y equipado directamente por la CIA de EEUU y el MOSSAD de Israel) sobre el movimiento popular, sus militantes y sus intelectuales. Uno de los tantos departamentos de la central de inteligencia de Argentina está dedicado, obviamente, a la informática. Utilizan tecnología de punta, en gran parte proveniente de Israel. Desde allí interceptan mensajes, escuchan, miran y, ¿por qué no?, arman páginas y blogs en la web.



En ese clima político han aparecido últimamente una serie de páginas de Internet destinadas a contrarrestar a las agencias de información alternativa. Se presentan como gestionadas en forma “amateur” por individuos sueltos o viejitos reaccionarios. Pero por la cantidad de información que manejan, el seguimiento al detalle, día y hora, de movimientos sociales, partidos políticos e incluso individuos, sería imposible que una o dos personas puedan mantenerlas funcionando en forma “amateur”. Es evidente que hay un aparato detrás, una organización de vigilancia colectiva que intenta operar con información de inteligencia sobre la opinión pública. Quien sospeche que esto es “paranoia” que siga disfrutando de su ingenuidad.



En una de esas páginas, titulada CATAPULTA, me acusan con nombre y apellido, incluyendo fotografías de mi persona y tapa de mis libros, de ser un “escritor guerrillero” aduciendo como prueba haber publicado un libro sobre EL CAPITAL de Karl Marx y mi participación durante una década en la Universidad Popular que promovieron las Madres de Plaza de Mayo. Cada vez que publican artículos o notas sobre Néstor Kohan las ubican en la sección CONOCIENDO AL ENEMIGO. En una de ellas pretenden señalarme como “brazo político de las FARC” (referencia a la insurgencia de Colombia, hoy en diálogos de paz en la Habana, Cuba) junto al profesor  de economía Jorge Beinstein, ya que ambos pertenecemos al Movimiento Continental Bolivariano (MCB). Véase http://www.catapulta.com.ar/?p=2629



Esta página de ultraderecha argentina disfraza su tarea incluyendo “notas color” donde acusan a la Iglesia del Vaticano de ser “demasiado liberal” y otras tonterías similares, pero el eje habitual de sus informaciones son, invariablemente, el seguimiento al detalle de las actividades de la izquierda y de las organizaciones populares.



“Acostumbrado” a nuestra ultraderecha criolla y a sus servicios de inteligencia siempre rodeándonos, dejé pasar esas publicaciones, no sin cierta preocupación.



Un tiempo después de que apareciera mi fotografía en la sección “CONOCIENDO AL ENEMIGO” de Catapulta, viajé a México a un seminario internacional organizado por el Partido del Trabajo (un partido legal e institucional, con representación parlamentaria) y al llegar al aeropuerto de México oficiales de INTERPOL me retuvieron el pasaporte y me llevaron a su oficina. No pasó nada grave. Me devolvieron el pasaporte. ¿Para qué hicieron eso? Nunca lo supe.



Luego fui a Santiago de Chile a presentar la edición chilena de mi último libro sobre el pensamiento teórico del Che Guevara y sus cuadernos de lectura marxista. En el aeropuerto de Santiago, a la hora de sellarme los documentos, comenzó un extenso interrogatorio sobre el contenido de mis clases, los amigos chilenos que me irían a recibir, mis contactos políticos y una serie infinita de preguntas policiales muy detalladas. Me exigían datos sobre las universidades que visitaría. Salí de ese interrogatorio y les pregunté a otros pasajeros si les habían hecho preguntas. Nadie que tomó el mismo vuelo que yo había sido interrogado.



Y ahora me encuentro, de pura casualidad, buscando información en Internet, con una nueva y amarga “sorpresa”.



Aparece una página, claramente de la inteligencia colombiana (por la cantidad de información y de notas diarias dedicadas a la insurgencia y al movimiento popular colombiano), titulada Colombiaopina’s Blog donde los editores publican la siguiente nota: “CONOCER A LOS APOLOGISTAS DE LAS FARC: NESTOR KOHAN”. Véase: http://colombiaopina.wordpress.com/2012/12/14/conocer-a-los-apologistas-de-las-farc-nestor-kohan/conocer-a-los-apologistas-de-las-farc/



Allí utilizan una fotografía mía donde estoy dando una conferencia sobre Karl Marx en Europa. Estos agentes de inteligencia la retocan y la trucan, al peor estilo del stalinismo (que retocaba las fotos donde Trotsky aparecía al lado de Lenin, borrándolo), reemplazando los símbolos de una organización política de Santiago de Compostela (Galiza, estado español) por el escudo de las FARC-EP de Colombia.



Todo el mundo sabe que en Colombia las amenazas de muerte y los asesinatos políticos selectivos estuvieron y están a la orden del día. El caso del profesor Renan Vega Cantor, autor de una gran cantidad de libros sobre historia y Premio Libertador en Venezuela ha sido uno de los más recientes (hasta donde tenemos noticias). Renan Vega vino a la Argentina escapando de ese acoso político y esas amenazas de muerte y recibió la solidaridad de muchísimas personalidades políticas, intelectuales, revistas, cátedras y organizaciones estudiantiles. Lo mencionamos porque es el más cercano y el más reciente del que tenemos memoria.



También sabemos que la clase dominante colombiana no sólo ha amenazado, asesinado y reprimido dentro de su propio territorio nacional. No hace demasiado tiempo el intelectual y dirigente político Narciso Isa Conde, también integrante del Movimiento Continental Bolivariano, recibió un atentado —afortunadamente frustrado— en su país, República Dominicana. Como hacían los militares argentinos de Videla o los chilenos de Pinochet, esta gente vigila, amenaza, mata y asesina incluso más allá de sus fronteras.



Por eso dejé pasar las (falsas) notas acusatorias de los servicios de inteligencia de CATAPULTA. No le di mayor importancia a las “anécdotas” de INTERPOL en México y al rarísimo e inesperado interrogatorio de la policía en Chile. Pero cuando me encuentro ahora con esta burda maniobra de la inteligencia militar colombiana, creo que es hora de hacerlo público. Porque acá hay una coordinación represiva. Estas “coincidencias” no son casuales. Exactamente la misma información (falsa, trucada) y el mismo montaje comienza a aparecer en fuerzas represivas de países distintos.


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