Desde las primeras vueltas solitarias de las Madres y Abuelas a la Plaza, pasando por los escraches de los HIJOS, acompañados por miles de pibes, hasta el día de hoy de la sentencia del juicio de la ESMA pasó mucho tiempo y cambiaron muchas cosas, sin embargo lo que nunca cambió fue el crecimiento de la memoria que nunca se detuvo.
Gracias a esa memoria hoy damos un paso más para cerrar algunas de las heridas que pronto serán marcas.De esas que todos tenemos y que son el recuerdo de los lugares donde estuvimos.
No es poca cosa cerrar heridas y no es poca cosa cargar con unas cuantas marcas porque son también una buena forma de mirarnos y saber a donde queremos ir.
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