Algunas afirmaciones:
Que los cables difundidos hasta ahora no son más que "algo que dijo alguien" y por lo tanto resultan inútiles como prueba. Cierto.
Que de 250.000 los medios sólo han difundido una docena con huevadas dignas de la revista Hola. Cierto.
Que en EEUU no salieron a desmentir, sino que quieren la cabeza del responsable de la difusión. Cierto.
Que la mayoría de la blogósfera nac&pop ha salido a pegarle a Julian Assange sin considerar la necesidad a nivel mundial de éste tipo de acciones. Cierto.
Ahora, especulemos:
Ponéle que al gobierno argentino, el boliviano, el venezolano o el cubano de pronto se le descubren una cantidad impresionante de documentos que probarían el espionaje a funcionarios del "primer mundo".
Ponéle que un bloguero argentino, boliviano, venezolano o cubano, utilizando la maravillosa libertad de expresión que caracteriza a internet, difundiera esos mensajes que dejarían "culo para arriba" al gobierno en cuestión.
Usted, que ha leído esto con atención, ¿cree que se estaría discutiendo en la prensa tradicional acerca de los devenires de la seguridad internacional y la necesidad de reformular la legislación sobre delitos informáticos? ¿Seguirían, los funcionarios involucrados, atornillados en sus sillones con esa cara de cemento tipo Hillary Clinton? ¿Se estaría tratando al fundador de Wikileaks como si fuese el terrorista más peligroso de la historia mundial?
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