jueves, septiembre 16

Cultivos transgénicos


Una carta que nos hace llegar la Mutual Sentimiento de Lilian Joensen (*) desde el Mar del Norte a unos estudiantes preocupados por las consecuencias de los cultivos transgénicos. (11 sept 2010)

Queridos chicos del Instituto Austral de Enseñanza:

Jorge Rulli me pidió que les respondiera la pregunta de ustedes sobre consecuencias potenciales de los cultivos transgénicos sobre la biodiversidad. Comienzo por presentarme, porque es relevante a mi respuesta y mi forma de entender los cultivos transgénicos. Mi nombre es Lilian Joensen, soy bióloga doctorada en la UBA. especializada en un par de moléculas del T. cruzi que tienen efecto sobre el corazón de enfermos chagásicos. Es decir que he trabajado con herramientas del área de la biología molecular durante varios años, pero desde el aspecto más amplio, como parasitológa especializada en la enfermedad de Chagas, me he preocupado inevitablemente por los temas sociales relacionados a las poblaciones rurales también. La lucha contra las privatizaciones del sector de salud durante la época de Menem, me llevó a encontrarme con el GRR y compartir la militancia con el grupo por las afinidades ideológicas que nos unen a sus miembros desde un principio. Ahora, me he retirado por un tiempo del trabajo del laboratorio, dado que el trabajo científico en la mayor parte del mundo, se ha vuelto bastante chato y demasiado dependiente de fondos afines al sector privado, para mi gusto por la independencia intelectual del cientifico y estoy enseñando biología en una escuela secundaria en una Isla netamente rural, del archipiélago de las Islas Feroe, en el Atlantico Norte.

Si lo que preguntan tiene que ver concretamente con las consecuencias que podrían tener los cultivos transgénicos dentro de decenas, o cientos o miles de años, creo que como GRR no nos corresponde responder. En lo personal, creo que entrar en esta discusión específica cientificista, donde tantas ONGs han caído desde que se empezó a discutir el tema transgénicos, ha sido una trampa que sólo lleva a perder energías y tiempo escaso y valiosísimo. Desde un prinicipio hemos decidido que no nos parece que haya tiempo para que nosotros usemos en proveer ideas de consecuencias teóricas de posibles transferencias horizontales de genes, tanto entre especies de plantas, como de las plantas transgénicas a bacterias, a hongos o a animales (particularmente, me incluyo dentro de este último grupo) y demás problemas que pudieran surgir. Como bióloga, me parecería interesante que alguien pudiera investigarlo seriamente, pero de la forma que se lleva la investigación científica hoy día, no creo que haya muchos científicos que puedan hacerlo. ¿Quién les pagaría y quién les publicaría los resultados que no convengan a la industria del agro? Miren lo que pasa cuando un cientifico sale a comunicar al público sus resultados de una investigación pagada por fondos públicos, es decir por los mismos ciudadanos a los cuales se salió a informar, antes de que pasara por la censura de pares y se publicara en las revistas científicas. Me refiero al caso en la Argentina del Dr. Carrasco, que no es un caso aislado ni una excepción, sino que es parte de la regla, cuando se va un poco contra la corriente. El tiempo no sobra y los problemas de las consecuencias que ya se han empezado a ver hace tiempo, nos abruman y preocupan en exceso. Como bióloga que utilizó durante años las técnicas de la biología molecular, podria entrar en la discusión cientificista trillada, pero considero que este tipo de discusiones, en el momento en que vivimos con lo que ya estamos viendo de consecuencias, sería poco serio y sólo nos sacaría del foco de los problemas.

Para ver las consecuencias de la sojaRR, el maizBt, el algodonBt, el maizRR/Bt o lo que pueda ser de cultivos transgénicos ya en práctica, sólo hay que mirarlo que pasa en la Argentina desde hace años.

Los cultivos transgénicos se han promovido dentro de la lógica de los medios creyentes en las tecnologías de punta, lo moderno, el crecimiento económico y productivo infinitos, el progreso científico, el valor agregado de los commodities, los negocios, el marketing, las privatizaciones, las inversiones seguras, el enriquecimiento rápido que no mira ni tiene consideración por las consecuencias, y cuanto término neoliberal se nos ocurra, se trate del porteño yupi o el chacarero que no pudo oponerse porque lo creyó en un principio o porque no tuvo fuerzas para negarse a entrar en el negocio o porque no vio otra alternativa dentro de un sistema destructor de toda idea o práctica solidaria o comunitaria. Y los cultivos transgénicos son parte de esa ideología y sólo pueden prevalecer dentro de la misma. No se trata de ciencia, se trata de detentar poder, simple y llanamente.

Como bióloga molecular, veo a los transgénicos como una mera forma de rotular semillas para que los propietarios intelectuales de las mismas, es decir las empresas de las semillas y los agroquímicos y/o agrotóxicos, puedan rastrearlas y castigar a los que decidan no pagar las regalias. Sin un modelo de patentes la producción de transgénicos pierde sentido, dado que económicamente, solo son viables para empresas y como parte de un modelo donde las semillas puedan ser privatizadas y apropiadas. Cualquier idea de transgénicos en bien de los intereses públicos y soberanos es una ilusión ingenua o manipuladora, a nuestro entender.

La producción de transgénicos amenaza además la soberanía alimentaria, porque le quita poder sobre su vida y su comunidad a los campesinos y al pueblo en general, al ser desarrolladas las semillas en el laboratorio de grupos cientificos/empresarios, además bajo estrictas normas de secreto y regímenes de patentes (1).

Para ir directamente ahora a la pregunta de ustedes, las consecuencias del modelo de los transgénicos, tanto para la biodiversidad ecológica como para la diversidad agropecuaria las van a poder encontrar si van a ver qué pasó en Entre Ríos, en Santa Fe, en Buenos Aires, en la Pampa, en Tucumán, en Salta, en Jujuy, etc. Los cultivos transgénicos son parte del sistema de producción agropecuaria que lleva a los monocultivos y las fábricas de carnes de los feedlots, la industria avícola, la industria porcina, donde se hacinan plantas o animales uniformes en lo genético, impidiendo toda diversidad. Para poder extender la producción se destruyen bosques y prados eliminando la biodiversidad antigua que sólo molesta (2), porque lleva a que crezcan los yuyos rebeldes (resistentes) que tanto les cuesta eliminar con los agrotóxicos y desgastando la tierra hasta matar todo bicho o bacteria u hongo que no sirva a los fines productivos exportadores. Cuando las consecuencias se vuelven problemáticas e intolerables, se buscan solucionar investigando nuevos genes que puedan ser transferidos a nuevos cultivos hasta que un nuevo problema surja, creyendo que las soluciones se podrán encontrar en la ciencia del laboratorio, en una realidad fragmentada e imaginada dentro de lo que se entiende por ciencia hoy día en el mundo moderno que nos toca vivir y que niega todo otra realidad que no tenga que ver con lo que se llama ciencia dentro del imaginario de los Ministerios de Ciencia y Tecnología, de Economía o de Producción. Los cultivos transgénicos son parte del modelo ideológico extractor minero que tanto conocen en la provincia de ustedes.

No se si esta respuesta satisface los objetivos del trabajo de ustedes. Espero que les sirva y que se entienda lo que intento explicar.

Un saludo Lilian

No hay comentarios: