domingo, septiembre 26

678: Sólo para fanáticos

En este blog ya habíamos comentado que muchas veces 678 se iba al joraca con la obsecuencia de sus informes, pero no queríamos dejar pasar estos días de tanto revuelo político-sindical para apuntar otra patinada seisieteochesca.
Conocido es el romance que la producción del house organ del FPV tuvo con la dirigente social Milagro Sala, dedicándole sensibleros informes y hasta un libro escrito por la avispada Sandra Russo. Pero Milagro se comportó de manera orgánica y apoyó la lista de Micheli, pasando así (para las pupilas fanáticas) a engrosar la fila de los traidores. La semana pasada, los panelistas del señor Wirtz nada dijeron acerca de la puja sindical, no hubo ni siquiera un comentario indignado de Barone. Omisión sospechosa por tratarse de un tema importante para la democracia.
Por suerte, una parte de la blogósfera mantiene una independencia de criterio y ya se expresaron al respecto:

Aprovechamos el post para decirles a los cumpas -esos que siempre andan reclamando la cabeza de los traidores- que en política no existe tal cosa como Traición, y recordando que hay que eliminar todo elemento personal en la misma. Milagro es una dirigente que representa gente, se debe a sus representados y actúa en función de lo que ella considera los mejores intereses de los mismos, nos guste o no.

El problema no es la decisión que tome o no Milagro, el problema es la épica berreta y sentimentaloide que se generó alrededor de ella, forzando la percepción de una realidad política bajo la lógica de un espectáculo televisivo.

(...) aprendamos de la experiencia para dejar de andar sometiendo nuestras ideas a las pulsiones generadas por un emotivo informe de 6 minutos. Consideren siempre que atrás existe una productora que cobra por elaborar esos informes, y todo tiene detrás un frío cálculo financiero.

No haber sabido leer adecuadamente el juego, sobredeterminando en la visión de un fenómeno complejo como un "movimiento social", el componente de telepolítica y su tendencia a la simplificación vía el melodrama ideológico, la prédica y la valoración ética, con la que se entretuvo la mirada de un sector del oficialismo, no es problema de Milagrito.
(...) Se pifio esta vez, nada trágico, no debiera volver a repetirse o por lo menos no muchas veces más, no es un gran método de aprendizaje andar reventando paredes con la cuca.

Mientras se define la interna de la CTA, y más allá de que estas elecciones surjan como la única alternativa de resolución de diferencias de rumbo irreconciliables, en esta redacción nos abrimos un Bordolino para festejar que los trabajadores puedan elegir de manera democrática a sus representantes.


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