jueves, julio 15

Después del ojo morado, otro golpe para el niño Mauricio

En un dictamen de 32 páginas, la Sala I de la Cámara, con el voto de sus tres miembros: Jorge Ballestero, Eduardo Farah y Eduardo Freiler, hizo propia la calificación de delito del juez Norberto Oyarbide respecto del jefe del gobierno porteño, imputado como miembro de una asociación ilícita.

"No se postula que M. Macri montó una empresa de pinchaduras telefónicas para escuchar a su cuñado y a (Sergio) Burstein, sino que conoció y prestó su consentimiento para instalar en el ámbito del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un aparato de inteligencia prohibido, del que se habría servido", sostiene la resolución.

En una referencia al rol que jugaban tanto el ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge "Fino" Palacios como el espía contratado Ciro James, la Cámara consideró que esos "agentes públicos fueron montando en la estructura del Gobierno de la Ciudad un incipiente aparato de inteligencia prohibido por ley".

"La importancia prioritaria que dentro del proyecto político encabezado por Mauricio Macri ocupaba el problema de la seguridad conduce a corroborar que el Jefe de Gobierno no era ajeno a la apuesta del aparato de inteligencia clandestino aún cuando podía estar al margen de los detalles de su funcionamiento", sostuvieron los camaristas.

En este contexto, la pinchadura del teléfono de su cuñado Néstor Leonardo y la pinchadura del teléfono del familiar de las victimas de la AMIA, Sergio Burstein "vienen tan sólo a confirmar el producto de una matriz", añade.

En otro párrafo de la resolución los camaristas destacaron que "la firma de seguridad atribuida a Jorge A. Palacios y Osvaldo Chamorro, Consultora Estrategic Security SRL, practicaba averiguaciones a través del sistema NOSIS respecto de varios opositores al proyecto político encabezado por Mauricio Macri".

Fuente: Página 12

1 comentario:

Sujeto de la Historia dijo...

Pobre Mauricio, lo mandaron a espiar y lo vieron...
Realmente es "el niño Mauricio", el hijo del dueño de la estancia: extraña mezcla de pelotudo a la enésima com hijo de puta, un cóctel de lo más nauseabundo que se pueda imaginar. Su patetismo nos pone ante la pregunta de en qué pensaban los que lo votaron. No hablo del habitual votante PRO/UCD/UCR, etc. sino de los supuestamente independientes.
Un Abrazo