martes, octubre 6

¡Cine de miércoles!






















La Argentinidad ya sea al palo o en reposo es una figura típicamente fantasmal, de esas que anidan en nuestro imaginario colectivo y que sólo parecieran tomar cuerpo de vez en cuando. Haciéndolo generalmente de la mano de alguno de nuestros artistas que por un tiempo, por definición, breve, logra poner frente a nosotros algún rasgo de nuestro carácter nacional cargando de sentido el concepto de identidad.
Ese es precisamente el secreto de Campanella.
El secreto de sus ojos, del mismo modo que lo hicieran anteriormente El hijo de la novia, Luna de Avellaneda o su serie Vientos de Agua, apela también a nuestra memoria colectiva invitándonos, en este caso, a dejarnos llevar a los tiempos de la Triple A, sin hacer uso de golpes bajos, ni reiteraciones innecesarias, para recorrer las vicisitudes de una historia de amor en el formato de un policial.
Faltan aún destacar otros dos componentes indispensables para la invocación del ser nacional que se ofrece en las salas de cine del país: el primero de ellos es el de las impecables actuaciones. En este caso las de Ricardo Darín y Guillermo Francella, que ya son parte de nuestra identidad y a esta altura son como el dulce de leche y el postre vigilante, por lo que la complicidad con el espectador está asegurada. Soledad Villamil (está) muy bien. Y Pablo Rago a la altura.
El otro componente es el libro de Eduardo Sacheri quien supo dejar relatos futboleros que hacen que la ausencia del Negro Fontanarrosa sea un poco más fácil de llevar.
El resultado de esta alquimia es muy bueno, sin dudas, y si pudiera faltarle un poco de intensidad al relato existen, en esta película, recursos de filmación ausentes en sus otras obras, como lo es la imagen que sobrevuela el estadio Tomás A. Ducó de Huracán que es realmente una rareza para nuestro cine y es imperdible.
¡Si queda alguien que no la vio que vaya a verla urgente! Si es con una buena compañía mucho mejor.




2 comentarios:

Dolores dijo...

Lo más interesante de la peli es cuando el acusado se saca (o lo saca...)frente a Villamil. La peli no es mala pero tampoco me parece para competir en los Oscar

rasta dijo...

Puede ser que le falte un poco de la intensidad que tuvieron el hijo de la nocia o luna de avellaneda. Yo creo que 4 fabios estaban bien.